domingo, 28 de febrero de 2016

UNA CARTA DE AMOR (del libro Salvo el crepúsculo - 1984) 
Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo
como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,
todo eso es tan poco
yo lo quiero de vos porque te quiero.
Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,
y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.
Julio Cortázar (26/8/1914-12/2/1984)

lunes, 15 de febrero de 2016



El primer día que lloré con anteojos,
dibujaba de madrugada.
Escuchaba música
"contradicciones del pensamiento"

Encontré mi contradicción.
Con un nudo en mi garganta
Y lagrimas como escape a esa ¿pequeña? angustia.
Quizás, alguien podría haberme avisado
que no era  fácil llorar con anteojos
que iba a ser difícil secarme los ojos.
También podrían haberme avisado otras cosas
para que no existan 
esas pequeñas angustias 

jueves, 30 de julio de 2015


 Hombre que te miras en las aguas para ver quien sosMírame si quieres verte porque imagen mía sos.

jueves, 19 de febrero de 2015

Debo admitir que las historias de amor me agradan, pero me agradan más las poesías que han dejado.

Historia de un amor,
Cristina Peri Rossi
 
Para que yo pudiera amarte
los españoles tuvieron que conquistar América
y mis abuelos
huir de Génova en un barco de carga.

Para que yo pudiera amarte
Marx tuvo que escribir El Capital
y Neruda, la Oda a Leningrado.

Para que yo pudiera amarte
en España hubo una guerra civil
y Lorca murió asesinado
después de haber viajado a Nueva York.

Para que yo pudiera amarte
Catulo se enamoró de Lesbia
y Romeo, de Julieta
Ingrid Bergman filmó Stromboli
y Pasolini, los Cien Días de Saló.

Para que yo pudiera amarte,
Lluís Llach tuvo que cantar Els Segadors
y Milva, los poemas de Bertolt Brecht.

Para que yo pudiera amarte
alguien tuvo que plantar un cerezo
en la tapia de tu casa
y Garibaldi pelear en Montevideo.

Para que yo pudiera amarte
las crisálidas se hicieron mariposas
y los generales tomaron el poder.

Para que yo pudiera amarte
tuve que huir en barco de la ciudad donde nací
y tú resistir a Franco.

Para que nos amáramos, al fin,
ocurrieron todas las cosas de este mundo

y desde que no nos amamos
sólo existe un gran desorden.